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El estómago y el cerebro, una relación fascinante

¿Sabías que tu ánimo depende, en gran parte, de lo que tu alimentación? ¿Y qué el intestino guía nuestras decisiones? Y es que, por si no lo sabías, el estómago es considerado el segundo cerebro del organismo. ¿Y eso qué quiere decir? Sigue leyendo para saber de qué te estamos hablando. Texto redactado por: Mariola Ruiz Cárdenas

Estómago y cerebro

El estómago y el cerebro tienen una relación íntima y fascinante. Tanto, que tu tipo de alimentación determinará lo que pase en tu cabeza. Ya lo dijo, Virginia Woolf,  valorada como una de las escritoras más importantes del siglo XX: ‘‘Uno no puede pensar bien, amar bien, dormir bien, si uno no ha cenado bien’’. 

Como te hemos adelantado antes, el estómago es considerado el segundo cerebro. ‘‘Tiene neuronas capaces de producir sustancias que llegan a influir directamente en el funcionamiento del cerebro’’, cuenta Mario Alonso Puig. En el intestino se encuentra una de las partes más preciadas del organismo, la microbiota, donde conviven más de 100 trillones de microorganismos. Entre otras funciones, la microbiota funciona como barrera para evitar que entren sustancias dañinas y dañen al cerebro y otras partes del cuerpo. Si te interesa saber más sobre la microbiota, te recomendamos que leas este artículo anterior. 

El intestino regula al cerebro 

Según la Fundación Española del Aparato Digestivo: “El aparato digestivo cumple una función esencial en el cuerpo humano. En concreto, se encarga de obtener de los elementos las ‘materias primas’ que servirán para generar la energía que necesita una persona en su día a día y para producir ‘los elementos que conforman los distintos órganos y sistemas’ del organismo’’. 

Además, Marian Rojas Estapé, médico psiquiatra y escritora, especializada en la salud intestinal, cuenta en varias entrevistas que la mayoría de hormonas, como la Serotonina (la conocida hormona de la felicidad) se absorbe en el aparato intestinal. Por lo tanto, si el aparato intestinal está dañado, no podrá recibir de manera correcta estas sustancias que, en consecuencia, no llegan al cerebro. Como resultado nos sentiremos decaídos, apáticos, torpes, con poca líbido…  

Lo que ocurre en el estómago se transmite al cerebro. “Es la actividad eléctrica del intestino la que regula al cerebro y no al revés’’, afirma Nazareth Castellanos, Doctora en Neurociencia y Física Teórica. El intestino está lleno de bacterias beneficiosas que interactúan con nuestro sistema endocrino, nuestro sistema inmune y el sistema nervioso. Por ello es tan importante que cuidemos la alimentación. 

Conexión mente y estómago 

Estómago y cerebro conexión

El cerebro y el intestino están conectados por el Nervio Vago, el nervio craneal más largo, que se prolonga desde el bulbo raquídeo hasta el tórax, atravesando la región cervical y la cavidad abdominal. 

Entre otras funciones, el Nervio Vago es el encargado de coordinar los movimientos del esófago, el intestino y los órganos viscerales. Interviniendo, igualmente, en la sensación gustativa e identificación de sabores. 

El cerebro, que tan solo ocupa un 2% de nuestro peso, precisa de un 20% del oxígeno y de la glucosa que consumimos, debido a la gran cantidad de neurotransmisores presentes en él.  Por su parte, el intestino, además de afectar al aspecto físico, también afecta al estado de ánimo, pudiendo crear episodios de estrés, ansiedad, agotamiento, apatía… Esto de debe a que los microorganismos que deben ser expulsados en forma de heces, se introducen en la sangre, pudiendo causar enfermedades graves tanto físicas como psicológicas. 

Cuida tu alimentación y tu cerebro

Así pues, cuidar tu alimentación también significa cuidar de tu cerebro.

Mario Alonso Puig, médico, Especialista en Cirugía General y del Aparato Digestivo, y divulgador, también advierte que el estrés activa el Sistema Simpático, la parte del sistema nervioso que aumenta la frecuencia cardíaca, la presión arterial, la frecuencia respiratoria y el tamaño de las pupilas. Esto tiene un efecto directo en el tubo digestivo, paralizándolo. Es por ello que muchas personas, ante situaciones de estrés o ansiedad, pierden el apetito. La conocida sensación de tener un ‘‘nudo en el estómago’’. 

El médico recomienda la práctica del Mindfull Eating, es decir, comer estando presente, sin distracciones y siendo consciente de lo que se come. Está demostrado que el cuerpo filtra mejor los nutrientes y la microbiota funciona mejor. ‘‘Cuando una persona se alimenta correctamente, el cuerpo funciona mejor, mejora la conexión entre las neuronas y hasta reduce la posibilidad de padecer un tumor’’, afirma Puig. 

¿Qué debemos comer?

  • Alimentos ricos en ácidos esenciales, como el  Omega 3, puedes conseguirlos a través del pescado azul, semillas o suplementos dietéticos 
  • Incluye buenas cantidades de proteínas a tu dieta. Estas son esenciales para la fabricación de los neurotransmisores vitales para los procesos cerebrales. 
  • No te olvides de alimentos ricos en vitaminas y minerales. Te recomendamos que leas este post anterior, donde te dejamos más información acerca de todos los micronutrientes. 
  • Mantente hidratado, haz ejercicio y come de forma saludable. 

Probióticos y prebióticos, los aliados para tu salud 

Probióticos

No podíamos cerrar este artículo sin hablar de los probióticos y los prebióticos. Los que ya conocéis al equipo y los seguís por las redes sociales, sabéis la importancia que estos tienen en la dieta de Healthy Life

Y es que los probióticos ayudan a equilibrar la microbiota, a través de la reposición de las bacterias beneficiosas, lo que puede conducir a la mejor digestión y un mejor sistema inmunitario. 

¿Qué son los probióticos y de dónde se obtienen?

Probióticos

Los probióticos son microorganismos vivos que se añaden a los alimentos o suplementos alimenticios, y están destinados a mejorar las bacterias beneficiosas del organismo. La mayoría de los probióticos son bacterias y levaduras. 

Se pueden encontrar en alimentos como: yogur, kéfir, kombucha, churchut, queso crudo, vinagre de manzana, encurtidos, aceitunas, tempeh, miso, chocolate negro, microalgas o pan con masa madre. 

No todos los probióticos son igual de efectivos, debido a la forma en que se administran. Para que un probiótico pueda aportar un efecto beneficioso a nuestra flora, debe de contener más de mil millones de bacterias formadoras de colonias, y los alimentos no suelen aportar esa cantidad ni que lleguen vivas esas bacterias al intestino. 

De esto os hablaremos más largo y tendido en otro artículo. 

Beneficios 

Entre algunos de los beneficios de los probióticos podemos destacar: 

  • Mejora la digestión. Los probióticos pueden ser un buen remedio para aquellos que sufren de trastornos gastrointestinales, siempre que no se presente ninguna alergia o intolerancia a algún alimento. 
  • Refuerza el eje de conexión del intestino y el cerebro. 
  • Fomenta el sistema inmunitario 
  • Mejora el rendimiento deportivo 
  • Ayuda a descomponer la lactosa 

¿Qué son los prebióticos y de dónde se obtienen? 

Fibra

Los prebióticos son la fibra que contiene los alimentos, es el alimento de los probióticos, y actúan como nutrientes para la microbiota humana, estimulando el crecimiento de la misma. 

Podemos encontrarla de manera natural en alimentos como legumbres, patata, alcachofas, cebolla, puerro, avena cebada, plátanos… 

Beneficios 

Los prebióticos no se digieren, pero se fermentan en el colon y producen los siguientes efectos beneficiosos: 

  • Aumenta del número de bacterias beneficiosas en el colon
  • Favorece la absorción de minerales: calcio, hierro, magnesio y zinc
  • Actúan en la prevención de diarrea y estreñimiento
  • Reduce el colesterol y los triglicéridos en la sangre

Como puedes ver, la alimentación juega un papel fundamental en nuestro equilibrio interior. Como siempre decimos, no se trata de obsesionarse con la comida, sino de ser consciente. Lo que comes y la manera en que lo haces, son la clave de tu calidad de vida. Pregúntate cómo quieres vivir tus años de vida. 

Una vez más, gracias guerrer@ por llegar hasta aquí. Esperamos que hayas disfrutado de este post y que hayas aprendido algo más. Nos vemos en el siguiente.

Un súper abrazo. 

Fuentes: 

Alimentos probióticos – Kombucha.com

El eje intestino-cerebro – Nazareth Castellanos

El intestino, nuestro segundo cerebro – María Pía Campot

El intestino, nuestro segundo cerebro – AliPsicóloga Blog

El nervio vago – Rekoveryclinic

Freepik– Imágenes 

Nuestra dieta, ¿afecta a la actividad cerebral? – Farmaceuticosonline 

Probióticos naturales: un intestino sano y maor bienestar – Generali Blog

Prebióticos, ¿Qué son? Tipos de fibra y sus beneficios – Lactoflora 

Probióticos naturales: dónde encontrarlos  consejos para escogerlos – Lactoflora 

Todo lo que has querido saber sobre los probióticos – Life Way Kefir Blog